La edad no es el único aspecto determinante en el envejecimiento de la piel. El estilo de vida influye de manera contundente y se debe tener en cuenta entre los veinte y cuarenta años de edad para lograr mantenernos en forma y atractivos.
El estilo de vida contribuye al aumento de los radicales libres, responsables del deterioro del organismo.
El estrés, la ingestión de grasas saturadas, el consumo de tabaco, alcohol, los rayos ultravioleta, la contaminación, la falta de vitaminas y minerales debido a una dieta poco saludable, la menstruación que causa todos los meses pérdida de hierro, ácido fólico y otras vitaminas, generan un importante desgaste. Para evitarlo se deben reaprender pautas saludables a fin de lograr longevidad con calidad de vida o lo que es mejor, una piel libre de arrugas o un rostro maduro pero con signos de frescura.
Entender una de las causas del envejecimiento es clave para vivir más y mejor.
Los radicales libres son fragmentos moleculares que se caracterizan por la presencia de uno o varios electrones desapareados, esto provoca que ataquen a otras células para robarles los electrones y reestablecer su equilibrio, lo que origina una reacción en cadena. Esto se conoce como proceso de oxidación, y se considera responsable de procesos degenerativos. Algunos de estos procesos son: arteriosclerosis, cáncer, afecciones bronco pulmonares y alteraciones del cristalino como las cataratas o presbicia (vista cansada).
Uno de los signos más evidentes de la actuación de los radicales libres son las arrugas, pues se ha demostrado que atacan a las proteínas de larga duración como el colágeno o la elastina de la piel.
Por lo tanto las arrugas requieren algo más que una crema antiarrugas, requieren un tratamiento inteligente, que va desde adentro hacia afuera.
Dra. Inés Ferreira
(Doctora en Acupuntura por la WFAS)
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jueves, 18 de junio de 2009
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