PERDÓN Y DESAPEGO
Generalmente se cree que perdonar significa aceptar que lo que hicimos o LO QUE NOS HICIERON está bien. Es verdad que tiene que ver con ACEPTAR, sí, pero sin juzgar. No está bien ni está mal sino que, CADA UNO HACE LO MEJOR QUE PUEDE EN CADA MOMENTO CON EL CONOCIMIENTO Y LA CONCIENCIA QUE TIENE EN ESE MOMENTO.
Si puedo aceptar esa idea, puedo aceptar que todo es mejorable desde el lugar desde dónde lo veo HOY. Ya que mi conciencia de hoy no es la de ayer. Hoy puedo ver más y mejor.
¿Cómo encontrar paz desde el dolor, y dejar atrás la ira y el resentimiento? ¿Cómo resolver las emociones de bronca y los conflictos internos?
Son aquellos que nos han causado más dolor con los que necesitamos cerrar las heridas y eso lo permite el perdón.
Se nos dice que amemos a todos incondicionalmente y eso es fácil de hacer con personas que son buenas con nosotros. Pero ¿tenemos que hacer esto con aquellos que han abusado de nosotros, nos han tratado mal o despreciado en cada forma imaginable? Aquí no debemos confundir amor emocional con el amor espiritual – el amor emocional involucra sentimientos; el amor espiritual incluye desapego.
La ira y el resentimiento nos mantienen atados, apegados a ese dolor y a esa bronca, en cambio el perdón nos libera para hacer nuevas elecciones y abrirnos al amor. Podemos liberar el dolor y los recuerdos tóxicos para que ya no sean una carga.
El cierre emocional es externo; el cierre espiritual viene del interior. Con el desapego encontramos compasión, con la compasión podemos movernos hacia el espacio del amor incondicional. Entonces las emociones ya no están en control, las lecciones son claras y el cierre es posible.
Experimentamos verdadero perdón cuando nos quitamos del proceso y tenemos la voluntad de dejar que el Universo trate con los detalles. Este es el cierre tanto a nivel espiritual como emocional. Entonces estamos libres para terminar nuestros ciclos kármicos y encontrar nuevos maestros de los cuales podemos aprender más fácilmente y de formas menos dolorosas. Podemos dejar ir la necesidad de obtener cierre emocional y en cambio, aceptar el cierre espiritual y entonces así, crear el cielo en la tierra.
CRISTINA URRESTARAZU
Licenciada en Psicología (UBA)
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domingo, 3 de enero de 2010
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