SER PADRES DE ADOLESCENTES HOY
Dado que estamos participando de un conflicto profundo en la sociedad, nos urge CUESTIONARNOS y hacernos cargo de la falta de modelos y desorientación acerca del futuro que viven nuestros adolescentes.
“Si las personas están rodeadas de violencia y brutalidad, se puede esperar que estas personas actúen de modo similar” (Hibbert).
Esto nos lleva a un gran desafío: cambiar nuestros propios paradigmas y adecuarnos a lo que ellos necesitan, para extraer y desarrollar sus más altos potenciales en todas las áreas de la vida.
Muchos autores afirman que la agresión es siempre una consecuencia de la frustración y viceversa, retroalimentándose ambas mutuamente. Entonces, si nuestros adolescentes están expuestos a una sociedad frustrante y violenta, no podemos esperar de ellos más de lo que estamos ya viendo. Pero, es nuestra responsabilidad hacernos cargo de nuestros errores y cambiar junto con ellos, haciendo resurgir el natural “idealismo” adolescente, poniéndonos como meta una sociedad que puede cambiar a partir del cambio interno (corazón y mente) de cada persona. Ellos necesitan saber que los necesitamos y que estamos dispuestos a confiar en ellos. Y básicamente, ellos necesitan ver que estamos dispuestos a cambiar y a aprender juntos a crear un mundo nuevo.
Claro que antes de pedirles (no exigirles) que hagan cosas, que reflexionen, que cambien, tenemos que estar dispuestos a hacerlo nosotros.
Ellos necesitan modelos, pero no para mostrarles qué deben hacer, sino modelos de aceptación de los errores, de apertura a cosas nuevas y diferentes, de cómo aprender a darse tiempo para pensar y confiar que ES POSIBLE.
Aquí no se propone una re-actualización de nuestro sistema de valores, sino una completa metamorfosis que se ajuste a un Nuevo Paradigma Transpersonal: verdadero significado del dar, a través del compartir - aceptación en vez de juicio - responsabilidad sin culpa - estímulo en vez de exigencia - excelencia personal sin competencia - desarrollo de la tolerancia y la comprensión, aprender a ponerse en el lugar del otro. Aprender por reflexión y participación.
Todo esto puede sonar utópico, idílico y difícil…..si…..pero no imposible. Sólo necesitamos aprender de ellos o recordar junto a nuestro adolescente interno, qué es desear, qué es soñar, qué es trabajar por un ideal. ¿Te suena?
CRISTINA URRESTARAZU
Licenciada en Psicología (UBA)
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lunes, 17 de agosto de 2009
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